La vida nos presenta una serie de desafíos, algunos de los cuales son extremadamente difíciles de afrontar. En momentos de crisis y pérdida, como la muerte de un ser querido, un divorcio doloroso, la pérdida de empleo, problemas económicos, un diagnóstico de una enfermedad o problemas familiares, es natural experimentar una amplia gama de emociones intensas como tristeza, ansiedad, ira y confusión. En esta ocasión quisiera explorar junto a ti la importancia de la aceptación como ingrediente esencial en la afrontación, adaptación y crecimiento personal en situaciones adversas.
Imagínate que estás en un tira y afloja con un enorme gigante. Tú tiras de un extremo de la cuerda y el gigante tira del otro. Y entre los dos, hay un gran pozo sin fondo. Y estás tirando hacia atrás lo más fuerte que puedes, pero el gigante sigue tirando de ti cada vez más, y cada vez te acerca más al pozo. Te pregunto: ¿Qué es lo mejor que se puede hacer en esa situación? Seguir tirando hasta que caigas en el precipicio o dejar caer la cuerda…? Cuando sueltas la cuerda, el gigante sigue ahí, pero ya no estás atado en la lucha contra él. Ahora puedes hacer algo más útil (Vidal, 2019).
De la misma forma, en la vida, todos enfrentamos situaciones desafiantes y a veces nos vemos atrapados en la lucha contra gigantes que parecen invulnerables. A menudo, invertimos una gran cantidad de energía emocional en intentar cambiar situaciones o convencer a otros de que piensen o sientan de cierta manera, solo para descubrir que nuestros esfuerzos son en vano. En estos momentos, es fundamental recordar que no todas las batallas merecen nuestra energía. Debemos aprender a discernir cuándo es más sabio retirarnos y preservar nuestra vitalidad emocional para los desafíos que realmente importan o que se puedan generar cambios.
Cuando nos liberamos de la carga de luchar contra molinos de viento, nos damos la oportunidad de centrarnos en lo que realmente importa: construir una vida significativa, realizar actividades que aumenten nuestro bienestar, establecer relaciones saludables, perseguir nuestros sueños y metas. En lugar de agotarnos en batallas infructuosas, podemos invertir esa energía en nuestro crecimiento personal, en la resolución creativa de problemas y en avanzar hacia nuestras aspiraciones.
Recuerda, no se trata de rendirse, sino de ser estratégico en la elección de nuestras batallas. Al liberar nuestra energía emocional de luchas inútiles, nos volvemos más fuertes, resilientes y capaces de enfrentar desafíos con una mentalidad renovada. Así, estaremos en una posición mucho mejor para construir la vida que deseamos y hacer realidad nuestros sueños.
¿Cómo lo hacemos?
La clave para soltar es aceptar aquellas cosas que no podemos cambiar. Al reconocer que no podemos influir en todo, liberamos una gran cantidad de energía que podemos enfocar en las áreas de nuestra vida donde realmente podemos hacer una diferencia positiva. También, soltamos cuando podemos aceptar nuestras emociones y pensamientos dolorosos sin juzgarlos ni tratar de suprimirlos. Entender que estas son esenciales, debido a que nuestros sentimientos son parte de lo que es ser humano y negarlos solo puede generar más sufrimiento. Esta acción de soltar o aceptar trae como consecuencia lo siguiente:
- Disminuye el sentido de frustración. La idea de que las cosas deben suceder exactamente como las hemos planeado para alcanzar la felicidad es una trampa emocional común en la que a menudo caemos. Esta mentalidad nos somete a una presión innecesaria y a menudo inalcanzable, lo que conduce a sentimientos de frustración y desesperación cuando las cosas no salen según lo previsto. Sin embargo, la verdadera libertad mental comienza cuando aceptamos que no siempre podemos controlar cada aspecto de nuestra vida ni prever todos los resultados. Aprender a adaptarnos y encontrar la felicidad en las circunstancias que enfrentamos es un camino hacia el alivio emocional y la realización. La vida está llena de giros inesperados, y al abrazar la idea de que no siempre tendremos el control total, podemos aprender a encontrar la felicidad y la paz interior independientemente de las circunstancias. Recuerda, la verdadera libertad emocional proviene de la aceptación y la adaptación, no de la rigidez de nuestras expectativas. El comprender esto te libera de la frustración.
- Avanzamos: En la vida, a menudo nos encontramos luchando contra corrientes aparentemente inamovibles, como si lleváramos un ancla atada a nuestra pierna. Esta “ancla” puede ser la falta de aceptación de ciertas circunstancias o la necesidad de que las personas cambien su forma de pensar o sentir. Sin embargo, es importante recordar que nuestra felicidad y progreso no deben depender de factores externos. Cuando finalmente aprendemos a aceptar lo que no podemos cambiar, liberamos esa pesada carga y nos damos la oportunidad de avanzar. La aceptación nos permite nadar con mayor ligereza y claridad hacia un futuro mejor, lleno de posibilidades y expectativas positivas. Así que, recuerda, al soltar el peso de la falta de aceptación, te abres a un mundo de oportunidades y un mañana más brillante.
- Redirigir nuestros recursos. Todos nosotros poseemos recursos internos limitados. Aceptar esta realidad nos brinda la oportunidad de redirigir esos recursos desde áreas de estancamiento hacia áreas de crecimiento. Este proceso de redirección potencia nuestros recursos personales, impulsando nuestro desarrollo personal, aumentando la probabilidad de alcanzar nuestras metas y, en última instancia, elevando nuestro bienestar y felicidad. Al aceptar y aprovechar nuestros recursos limitados de manera efectiva, podemos transformar nuestras vidas de manera significativa y alcanzar un mayor nivel de realización y satisfacción personal.
En resumen, el soltar o el aprender a abrazar la aceptación y, al mismo tiempo, comprometerse en acciones significativas se presenta como un sendero luminoso hacia la recuperación y el crecimiento personal, incluso en los momentos más desafiantes de la vida. La aceptación, en sí misma, se convierte en una brújula psicológica que nos orienta hacia la adaptación y la superación. Nos permite enfrentar las tormentas con una fortaleza interior que antes parecía inalcanzable y nos brinda la serenidad necesaria para navegar por aguas turbulentas. En este proceso, descubrimos nuestra propia capacidad para transformar la adversidad en oportunidad, encontrando la fuerza y el propósito que nos permiten florecer incluso en medio de las circunstancias más difíciles. La aceptación y la acción se fusionan para abrir un camino hacia una vida más plena y significativa.
Preguntas para reflexionar:
¿Qué te gustaría soltar o aceptar en tu vida?
Si pudieras aceptarlo, ¿Cómo cambiaría tu manera de pensar?
¿Cómo cambiaría tu menara de sentir?
¿Qué sería posible desde la perspectiva de la aceptación?