Muchas personas son incapaces de decir NO a las peticiones de los demás sin sentirse culpables. Aunque no deseen hacerlo o se puedan sentir exhaustas, se atrasen en sus trabajos, se afecte su salud física o emocional; aun así, son incapaces de reusarse a ayudar a otras personas cuando se lo piden. Esta culpa que se genera al decir que No, no es provocada por su buena voluntad o su deseo de ayudar a otros; mas bien es provocada por el temor a sentirse rechazado o el temor a que otros piensen que no son tan buenos. Esta forma de sentir es mantenida por pensamientos como: “Y si digo que no y me rechazan”, “el sentirme rechazado es lo peor que me puede pasar” o “si digo que no, van a pensar que soy una mala persona”. Esta manera de pensar, sentir y comportarse provoca que las personas se sobrecarguen y disminuya su nivel de bienestar.
Consejos para aprender a decir que NO sin sentirte culpable
- Crea conciencia. Si quieres cambios permanentes tienes que comenzar de adentro hacia afuera. Reflexiona sobre lo que te impide a decir que no. ¿Es el deseo de ayudar a otras personas o el temor al rechazo? Aprende que decir que “ no”, no significa que eres egoísta o una mala persona.
- Aprende a cuidarte. Cuando una persona es incapaz de decir que no, vive su vida tratando de complacer a los demás y se olvida de sus propias necesidades. El bienestar emocional está en el centro. Es decir, somos capaces de ayudar a otras personas sin olvidar nuestras necesidades.
- Solo di NO. Al principio será un poco incómodo. Te sentirás raro, ansioso y puede ser tentado a repetir tu habito de decir que sí todo el tiempo. Si te mantienes en tu decisión, con el tiempo te sentirás más cómodo. También, las personas que te rodea deben de acostumbrarse a que en ocasiones las vas a ayudar, pero en otras ocasiones dirás que no.
- Puede que no sea un “No” rotundo. Hay veces que podemos querer ayudar a esa persona, pero en esos momentos estamos atendiendo una situación que tiene prioridad. En ese caso podemos decir: “Te quiero ayudar, pero en estos momentos no puedo. Que tal sin nos reunimos de aquí a dos semanas”. Esta forma de pensar y actuar te da una libertad de ayudar a otras personas cuando realmente lo deseas y con la intensidad que lo deseas.
- Se constante. Si te mantienes en esa decisión, crearas nuevos hábitos saludables que tendrán un impacto en tu manera de pensar, sentir y tu nivel de bienestar.
Para concluir podemos decir, que no se trata de decir siempre No; sino más bien de decir Sí por las razones correctas. Haz un balance, conócete, aprende a cuidarte y se constante… y
¡¡Solo di NO!!…